martes, 12 de noviembre de 2013

Quien habla solo

Una amiga de mi hermana está absolutamente obsesionada conmigo, bueno, con una de mis manías, rarezas costumbres, y es que hablo sola.
Es tal su obsesión, que no la mía, o que no lo era, que me está acomplejando y últimamente intento no hacerlo, pero soy yo y parte de mi encanto y mi desencanto es ese.
Pero hoy alguien me ha recordado esto:
Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y a lo mejor no es que yo esté loca, o sea rara, o que vea a seres a mi lado y les de conversación, que al fin y al cabo sería síntoma de lo primero, quizás es que como bien decía Machado, hablo con esa mujer que siempre va conmigo, al fin y al cabo espero hablar con Dios.
Os dejo el poema completo de Machado, pero creo que de todos es conocido.

Retrato

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos de recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y más que un hombre al uso que sabe su doctrina
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto escribo,
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

7 comentarios:

  1. Ana:
    Yo no creo que debas preocuparte por la amiga de tu hermana y su empeño en advertir esa manía tuya de hablar ... contigo misma.

    Y menos aún temer por tu cordura.

    El problema está en ella, más bien así que no tengas vergüenza en emular a Machado en eso.

    ¿Que tal fueron los fines de semana, por cierto?

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  2. Los fines de semana...¡Una pasada! os recomiendo y especialmente a ti una ruta de enoturista por la denominación de origen somontano, para conocer precisamente eso el Somontano y el Sobrarbe, ver colegiatas e iglesias románicas... y beber buen vino, comer muy bien sobre todo queso y degustar aceite...
    Después de esto me debían pagar, ja,ja,ja...

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  3. Tomo nota .. y no pierdo la esperanza de que algún dia puedas ejercer de cicerone para mí..

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  4. Ni caso, ya lo has dicho, ella está obsesionada contigo!!!

    Besos Cielo

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    1. Hola Lluna, gracias por la felicitación y ya, ya.... Pero siempre le dice a alguien "He visto a Ana y como siempre hablando sola", y juro y perjuro que no soy consciente, es más es la única que lo dice.

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  5. Cuando a mí me pillan hablando sola, siempre les digo lo mismo:-"Es que a veces, para mantener una conversación inteligente, tengo dos opciones: Hablar conmigo, o hablr conmigo"-... Créeme que así la gente se da por aludida siempre.
    jajajaajajaja

    Un beso, Ana!!

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