martes, 10 de marzo de 2009

Buenos tiempos

Hoy he ido al funeral del padre de unos amigos y hemos recordado aquellos días felices de nuestra adolescencia, cuando no había más preocupación que sacar el curso, ya fuera en el colegio o después en la universidad.
Hemos estado contando anécdotas de aquellos años y me han recordado una que sucedió la primavera de hace 25 años y que paso a relatar.
Era nuestro primer año de Universidad, atrás quedaba el colegio en el que habíamos estudiado B.U.P Y C.O.U, que al fin y al cabo era lo que se estudiaba entonces. Todos nosotros nos conocimos en el colegio el primer año de B.U.P y aunque escogimos especialidades diferentes, unos a letras puras como yo, otros mixtas, otros ciencias puras...Nunca dejamos de ser amigos y salir todos los fines de semana juntos.
En estas estábamos, ya en la Uni, cuando como todas las primaveras, organizamos una fiesta en el chalecito de mi hoy cuñada.
Como es normal había que comprar los víveres para la misma. Alcohol de todo tipo (incluso de esas botellas extrañas que nadie bebe y que se quedan siglos los bares de las casas), patatas fritas, ganchitos, pan de molde, embutidos y un sin fin de provisiones.
En todos o casi todos los grupos existe ese amigo que se compromete a echar una mano y que no aparece sea por el motivo que sea. En nuestro grupo lo teníamos corregido y aumentado. El caso es que Enrique, hoy hombre respetable, formal y padre de cuatro hijos, era nuestro "Capitán Araña" particular, se comprometió a traer el coche de su padre para llevar los bártulos de la tienda tipo Carrefour hasta el chalecito. Tras 2 horas de espera y una caja llena de víveres el tipo no apareció, con lo que mi cuñado Adolfo y yo decidimos transportar dicha caja hasta casa del individuo.
Ya en la calle y con el cajón de más de "mil kilos" a cuestas, Adolfo se dio cuenta que la caja se abría por debajo con lo que me grito ¡SUJETAME EL CULO!.
NUNCA Y DIGO NUNCA, especificó que culo, si el de la caja o el de él, con lo que la estampa fue la siguiente: El echado hacia atrás para que no se le cayese la caja y yo con mis dos manos pegadas a sus nalgas sujetando aquello que me había pedido, a su vez los padres de nuestros amigos (por que siempre que pasan estas cosas te encuentras a todo el mundo) mirando.
Él no dijo nada y siguió andando y yo agachada tras el con mis manitas en sus posaderas, hasta que llegamos a la siguiente esquina y se medio volvió y en tono educado me dijo "¡COÑO! EL MIO NO, EL DE LA CAJA", yo entonces cambié de sitio mis manos y seguimos andando como si tal cosa. Todo esto por una de las calles más transitadas de mi augusta ciudad.

7 comentarios:

  1. Jajjajajajajaj que gracioso! pero bueno... por lo menos guardaron la compostura un poco jajajaja.

    Saludos!

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  2. Pues yo creo que usted tiene las cosas claras, al pan pan y al....

    El equivocado era sin duda su amigo, que se tomó su distancia en reaccionar.

    Imaginando la situación, en lo personal, yo hubiera dado un brinco, como buen gato que soy, soltando los víveres al imperio de la gravedad y cuidando mi honra.

    Prefiero 1000 veces el tono firme de dos senos en mi espalda, que dos manos de súbito en mi trasero.

    Yo hubiera dicho: "Sujétame de la cintura y aprieta". Por equilibrio, y si ese hubiera sido el caso, pues llegábamos de seguro a la casa, claro que tomando nuestro tiempo, con cuidado, para no sacudirlos mucho —los víveres— claro está.


    Saludos y buenos tiempos...

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  3. ¡que bueno!.. me hubiera encantado ver la escena...

    bicos,

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  4. Ana, me he reído a carcajada leyendo al imaginarme la escena. Lo raro fue que le hicieras caso a la primera sin dejarle ir alguna frase tipo "oye, que salido eres.."

    Besos, qué buena esa etapa de la adolescencia...

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  5. ACLARACIONES:
    1.Ni me planteé la posibilidad de que fuera un acto sexual, al revés, un amigo me pedía ayuda y yo se la presté, entre mi cuñado y yo siempre ha existido mucha complicidad. Fue de lo más natural
    2.Cuando nos dimos cuenta del sucedido, fué tras dejar la caja en casa del "Capitán Araña", según bajabamos las escaleras nos entró la risa.
    3. Nuestros amigos se enteraron del hecho por que los padres de uno de ellos comentó la escena, con lo que estuvo toda la noche sonando el télefono para que contara la textura de las nalgas, si había sido placentero el hecho de tocar aquel lugar, etc, etc... Todo ello con mucha "guasa".
    4.Mi hermana (su mujer, la de mi cuñado) aún se rie cuando se acuerda, es más su frase es: "Esto sólo os podía pasar a vosotros"

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  6. Aunque algo tarde...
    Feliz primavera para vos, Condesa.

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  7. Te prometo que me reido a carcajadas leyendo ste post

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