miércoles, 26 de octubre de 2011

Convencimiento total

Cada vez estoy más convencida... No nos van los chicos buenos, al revés nos van los malos, los que nos hacen sufrir, los inalcanzables, los que acaban haciéndonos daño, aquellos que nos destruyen poco a poco... Aquellos que tienen un día al mes, si es que lo tienen.
Si el chico es accesible, vive al lado tuyo, es amable, cordial, educado e incluso estaría a todo por ti, queda descartado de antemano.
Yo los quiero de lejos, bien ocupados, sin tiempo para mí,  que me hagan sufrir... Que no me cojan el teléfono y que me tenga que preocupar (cosa que posiblemente él no haga)...

4 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, no sé porque hacemos eso, no nos gustan las cosas fáciles.

    ResponderEliminar
  2. Los tonos ocres del otoño, el olor de la tierra mojada, nos recuerda la paradoja de esta historia: para vivir hay que morir... no hay amor sin dolor... como tampoco hay rosas sin espinas... Me alegro tanto que estés y que seas traviesa.

    ResponderEliminar
  3. No me quedó más remedio que llegar a esa conclusión hace ya mucho .. cuando mi alforja de disgustos desbordó. A todo se hay que adaptar, claro.

    ResponderEliminar
  4. Nos gusta vivir con retos... cuanto mayor sea, mayor la recompensa, una vez alcanzado el objetivo deja de ser interesante. Debe de ser condición humana.
    Laristos, el amor no es doloroso, lo es el desamor o amar a quién no nos puede dar todo lo que queremos, pero eso hace que la vida sea vida y que nos embarquemos en aventuras imposibles. Yo he aprendido a no quemar mis naves para poder regresar, siempre que el tiempo sea propicio, a casa.

    ResponderEliminar