La familia Chindasvinto está compuesta por un millar de personas, de los cuales la mitad son encantadores enanillos que no llegan a levantar casi un palmo del suelo.
Ayer día de Navidad, el abuelo Chisdanvinto decidió de forma unilateral que se comía cochinillo a la segoviana y así fue, el problema surgió cuando se sacó a la mesa, los enanitos decidieron que era un "animalito chiquitín" que no se debía comer, entonces, no recuerdo quién, de los mayores dijo que como no tenía nombre nos lo podíamos "zampar"... Craso error... Le pusieron nombre y no le tuvimos que hacer el boca a boca de milagro, con lo que... Nos dieron la comida de Navidad.
¡A ver quién es el listo que se come un cerdito que tiene nombre!
"El amor ha sido dado al hombre para que tenga la medida de lo que puede sufrir" Andrea
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