jueves, 3 de octubre de 2013

Andrea

"Sí...Todo me lo quitareis...
El laurel y la rosa...llevaóslos..

Pero me quedo una cosa que me llevo...

Y esta noche, cuando entre en la casa de Dios,

brillará intensamente mientras diga mi adiós...

Algo que inmaculado, meceré en un arrullo y me lo llevaré para siempre...

Y es...

Mi orgullo
."
Erase una vez... Así empiezan los cuentos de mi niñez y casi todos tienen un final feliz, ahora, hay dos de ellos, quizás los que recuerdo con más cariño que no lo tienen, el principie no se casa con la Sirenita y a la Cerillera nadie le compra cerillas y muere en una noche fría, y este cuento acabará así, Andrea no será feliz.

Hola, esta es Andrea y esta es su "Historia"
Andrea es una mujer menuda de rostro cuadrado y unos ojos grandes y profundos que miran a la vida con una inocencia que muchos para nosotros  querríamos, se sorprende de todo lo que pasa a su alrededor, y no es que no haya vivido, es que quiere pensar que la gente es buena, aunque a veces se le haya mostrado la parte más oscura de las personas, es frágil por fuera, fuerte por dentro en apariencia, pero las apariencias engañan.
Durante toda la vida ha buscado a ese ser compatible con ella, sabe que al 100% es imposible, pero cree que llegará y sigue esperándolo, por el camino va haciendo incursiones y excursiones por la vida.
Es extrovertida y divertida y guarda su corazón encerrado bajo mil candados para que nadie lo dañe. Durante una temporada ha jugado a ser frívola pero eso no le ha llenado nada, ella no es así, ha intentado no hacer daño a nadie pero sobre todo que no le hagan daño.
Así ha pasado el último año conociendo gente a través de una web de contactos, de allí ha sacado buenos amigos, no ha habido sexo alguno pero si en algunos casos, buenos ratos y algún amigo para toda la vida.
No quiere complicaciones ya tiene una edad en la que no se plantea cambiar su vida, es feliz así, sola con algún escarceo amoroso sin más consecuencias. Pero aquel día cambiaría su vida.
Lo conocía desde hace algún tiempo, se lo presentó un amigo común, Andrea  nunca había mostrado ningún interés por él, era de fuera de su ciudad, vivía a trescientos kilómetros de su ciudad pero la visitaba con frecuencia, desde hace unos meses le mandaba mensajes contándole su vida, sus sueños, sus esperanzas, se enviaban canciones, fundamentalmente de Sabina, a los dos les gustaba mucho este autor.
Hubo un tiempo en el que él no le mandó nada pero había una razón su padre había muerto y entre visitas al hospital y el duelo, él no había estado para historias. En Navidad le mando un correo electrónico felicitándole la misma, ella correspondió.
Pasó un mes y ella recibió una llamada "Voy mañana a tu ciudad y me gustaría verte a solas", esta llamada se había producido con anterioridad al menos en tres ocasiones, pero ella había puesto varias excusas para no acudir a esas citas", pero aquél día debía acudir, ante todo era una persona educada.
Pasó la mañana como pudo no quería estar a solas con él, en aquel momento Andrea andaba algo ennoviada con un señor inteligente y encantador y esa intuición que nunca nos falla a a las mujeres le anunciaba que no era un simple café de cortesía y más por aquel "a solas"...
El resto de la historia ya lo conoceis

6 comentarios:

  1. Que va, el resto de la historia no la conozco... ¿me la cuentas?
    No soy fan de los finales felices, me parecen que estropean las buenas historias, pero me encantaría que alguien me narrara uno que cambiara mi absurda percepción de la realidad.
    Un beso enorme

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  2. Yo tampoco me la se, y a mi si me gustan los "happy ends" así que... explica, explica!!

    Besitos mañaneros!

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  3. yo también estoy un poco perdida.

    recuerdo la historia con el tipo casado, jefe, a más señas, que nunca acabó de caerme bien...

    pero de esta historia, no sé... creo que no la conozco.

    biquiños,

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    Respuestas
    1. Esa primera persona, sigue en mi vida, fue mi pareja conocida, pues se separó y vivimos juntos... Es mi amigo, quizás nunca debimos pasar al paso siguiente. ¡Lo quiero un montón!

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