domingo, 4 de marzo de 2012

¿?

Cada vez entiendo menos al sexo opuesto, llamense "hombres", no se si será la edad, que va haciendo mella en mi o que con la misma estos se vuelven pelín "raritos".
Desde muy niña y por circunstancias que no vienen al caso, he vivido en su mundo. Mundo de hombres en los que las mujeres no tenían cabida, con el tiempo dichos mundos se fueron abriendo a las mujeres, pero además, desde cría he tenido muy buenos amigos hombres, con los que nunca he tenido problemas, es decir he tenido los mismos problemas que he podido tener con mis amigas, e igualmente se han solucionado como con ellas, hablando y diciendo lo que cada una de las partes piensa.
En mi vida han pasado hombres a los que he estado unida, digamos que, sentimentalmente. Las cosas entre nosotros, el de turno y yo, han podido acabar mejor o peor, pero como el tiempo lo cura todo, hemos acabado siendo amigos, y en algún caso, muy buenos amigos.
Mi actual "chico" es un hombre mayor, de otra generación, pero es un hombre muy respetuoso con mis decisiones y con mi vida y sobre todo es un hombre dialogante. Si nos enfadamos el uno con el otro, antes de acabar el día debemos hablar, porque si nos vamos a la cama enfadados, significa una noche en blanco para ambos y a según que edades casi mejor dormimos como bebes.
Y ahora voy con lo que no entiendo. Tengo un amigo muy cercano, pero de reciente adquisición (lo conozco de hace mil años pero nunca habíamos hablado más de 10 minutos seguidos), que parece ser que esta "mosca" conmigo. En principio por un comentario infantil... "¡Chico que no espero que le pidas mi mano a mi familia, que sólo nos vamos al cine!", bueno pues esta frase, para mi tan simple, a él, le ha sentado mal, de tal forma que ayer fue su cumpleaños y le mandé tres correos, tres mensajes al móvil y lo llamé por teléfono, al móvil y a casa y nada de nada. No contestó a ningún mensaje, ni me cogió el teléfono, es más, cortó mis llamadas, sólo me faltó pasar a su casa y por el telefonillo gritarle "gilipollas, baja si tienes güevos"... Y es que hay hombres que tienen una peculiar forma de castigarte: Cuando se enfadan, no te hablan. ¿Será para no gastar su voz?
Ahora bien a mi ya me ha cogido mayor y cansada con lo que: "Que le den por ahí, que paso y que si no me quiere hablar que no me hable, que tampoco pierdo nada"....
Pero la verdad es que me duele.

4 comentarios:

  1. Los hombres somos como niños, la mayoría. Criados por mamá sobre todo, con todos nuestros caprichos y luego, cuando vemos a otra mujer, pues nos comportamos igual. El no hablarte es una pataleta infantil.
    Sólo la vida es la que hace madurar al hombre y ponerlo en su sitio, pero siempre va con retraso respecto a la mujer, hablando en general claro, siempre hay exepciones; por lo que veo, ese chico no es maduro.
    Y como consejo, el mejor hombre amigo de una mujer es un gay y viceversa, por experiencia XD :)))

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  2. Estoy contigo Alfonso, de hecho tengo muchos amigos Gay, es más creo que asistí a la primera boda entre hombres que se celebró en mi ciudad... Pero también es verdad que hay buenos amigos heteros, pero son amigos de esos que haces en la infancia y adolescencia, los hombres-amigos que he conocido a lo largo de este camino que es la vida y cuando han sido conocidos más allá de los 20 años, casi todos me han resultado "ranas"... supongo que será así.

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  3. Por cierto: Se ha dignado contestar uno mensaje de móvil... con un "¡Que pena que la tarta sea virtual!"...sigo ojiplática, ni gracias, ni nada de nada.

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  4. Pues verás Ana, por una parte podemos ser infantiles, como dice Alfonso. Por otra, según qué cosas y en qué tono, podemos recibir mejor o peor un comentario. En este caso, teniendo en cuenta la respuesta al mensaje, quizás lo hayas frustrado porque aspira a probar la "tarta" de verdad (no la del cumpleaños) y no sabe encajar que los límites del juego los has puesto bien claro y no quiere resignarse. Lo de la pataleta .. es absurdo y desde luego tiene poco sentido que te amargues tú por esos comportamientos. Ya volverá manso ... si quiere, y si no, pues nada. El mundo es muy grande para todos. Y ya es muy tarde para corregir actitudes de berrinche.

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