viernes, 1 de junio de 2012

Un oficio antiguo

Hubo un tiempo en que me dediqué a un oficio muy antiguo, y ya sé que alguno estará con su mente retorcida, ingeniándome cual meretriz en una esquina. Pues no, me dedique a escribir  cartas de amor para otras personas.
Entonces yo era una cría y andaba enamorada de un chico que no me hacía caso, y todo aquello que yo le hubiera dicho a él, lo escribía para el objeto amoroso de una amiga o de algún amigo que conociendo esta faceta, me lo pedía casi a escondidas.
He de decir que me lo pasaba muy bien, pero en aquellas cartas se iba un poquíto de mi vida.
Hace unos meses una amiga conoció a alguien por medio de una página web y estableció una relación vía este medio. Sólo tenía un inconveniente que ambos están casados, hay quién lo sabe llevar pero aseguro que dicha amiga no ha sabido.
Los dos son de la misma ciudad, cosa que a mi me parece un atraso, porque ¡ya que te lanzas con alguien de fuera y por lo menos conoces mundo!, viendo que era imposible, quedar muy a menudo, decidieron mantener dicha relación por e-mail, que no está mal, pero se pueden crear demasidos malentendidos.
El caso es que el lleva desaparecido como dos meses y ella hoy me ha pedido que le escribiera la carta "del adiós"
¡Me ha quedado estupenda! ¡Hasta he llorado!... Lo que no tengo claro es si en ella en esta ocasión va algo de mi alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario