viernes, 14 de septiembre de 2012

Cielo e infierno

Mañana a la hora en que escribo esto estaré, durmiendo a una altitud de 2207 metros sobre el nivel del mar, me restarán aproximadamente 800 metros de altitud para llegar a la cima estaré tocando el cielo para llegar a "Los infiernos".
De siempre he adorado las cumbres, me gustan, es un reto, cuando ya no puedes más debes dar ese último paso, no debes rendirte, al final está la gloria. Nunca me gustó el mar, quizás por su inmensidad, pero si la montaña por su majestuosidad y cercanía porque me deja tener los pies en la tierra y la mirada en las estrellas. Ya sé que es de poco fiar, pero ella y yo nos entendemos, yo la respeto cual dama que es de miles de años y ella se ha portado bien conmigo, me despeja las dudas, no me deja pensar y me levanta el ánimo.

Mañana todo habrá acabado y empezado y ya no quedarán ni los recuerdos.

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