lunes, 15 de octubre de 2012

Nunca se dijo nada de los cobardes

Una amiga de mi madre dice siempre "Afortunadamente los hombres no son iguales, pero los maridos sí"
Lo mismo pasa con las relaciones y rupturas, ¿No os habéis dado cuenta que cuando estas mal todo el mundo te cuenta su ruptura o la relación de otro que acaba como la tuya?
Hoy mismo Carlota me ha contado una historia que ¡Ojalá fuera la mía!
Dice que Elena conoció a Juan hace mucho tiempo, que mantuvieron una relación de amistad, divertida y cómplice, que hablaron de lo humano y lo divino, de su trabajo, sus sueños, su vida en definitiva. Elena poco a poco se fue enganchando a Juan y dice Carlota que Juan a ella y así pasó un tiempo, breve pero intenso. De repente el desapareció de la vida de Elena y ella se desesperó no entendía que podía haber pasado, lo buscó aquí, allá, acullá y lo encontró, pero donde ella no quería. Volvió a casa desesperada, llorando y sin consuelo, dicen que jamás volvió a confiar en nadie.
Dice que Juan conoció a Elena hace mucho tiempo, que ella al principio no le hacía mucho caso, pero él siguió rondando alrededor de ella, la invitó varias veces a tomar café hasta que ella accedió, él le contó su vida, le contó como se ganaba la misma, que esperaba de esta y que esperaba que algún día apareciera esa mujer especial. Un día se despertó y se dio cuenta que se había "enamorado o enganchado" de Elena y con una mentira piadosa o eso le pareció a él, salió de su vida. Ahora con el corazón encogido y el alma en vilo, ronda lugares no muy recomendables en busca de compañía femenina que  no le complique la vida y le haga olvidar a Elena.
¿Pero él la amaba? Sí, pero no estaba dispuesto a perder lo que ya tenía por ella, ambos estaban casados.

7 comentarios:

  1. Conozco la historia, yo tb he sido Elena y tuve un Juan...

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  2. Debe ser que en la vida hay 3 o 4 patrones de historias y todos encajamos en una de ellas!

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  3. ¡Ojalá yo hubiera sido Elena!... ¿O lo he sido? Si por lo menos tuviese esa certeza.

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  4. Todas hemos sido Elene, o nos hubiese gustado serlo. Porque siempre es mucho mejor pensar que nos han amado y que van llorando por las esquinas susurrando nuestros nombres que aceptar que no somos la mujer con la que realmente deseaba mantener una relación. En fin, que yo prefiero un "no me gustas lo suficiente" a un "te amo demasiado para quedarme".
    Pero yo soy una tía chunga... Beso.

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  5. Ser cobarde forma parte de la personalidad de cualquiera, pero soy de la opinión de que si no eres capaz de superarlo no debes lanzar expectativas que no puedes cumplir ni provocar sufrimientos gratuitos tanto a los que tienes que dejar como a la persona que (supuestamente al menos) sí colma tus anhelos. Me parece una crueldad manifiesta no saber dar los pasos necesarios para cumplir tus ilusiones y frustrar las de la otra parte.

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  6. Pues yo creo opino como tu Euclides, pero reconozco que Silencio tiene en parte razón, digo en parte, yo quiero que me lo digan, que me digan "no me gustas lo suficiente o nada, o me he equivocado" o si realmente lo que pasa es que te has metido en un barrizal y no querías eso, se valiente, reconócelo y dilo. El dejar a alguien con la duda crea un dolor innecesario, además en este último caso, siempre queda el recuerdo y no el rencor.

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  7. la historia tantas veces repetida... y sí, siempre es mejor la verdad que nada, sobre todo porque es más facil de asimilar.

    biquiños,

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