Lo conocí en septiembre del 2001 y la verdad es que la primera vez que estuve cerca de él pensé que no volvería a verle, tartamudeaba mucho (cuando se pone nervioso lo hace constantemente) y a mi me hizo muchísima gracia.
La verdad es que lo conocí por que era mi profesor, me preparaba para una oposición la cual me dio acceso a una libertad económica que hasta entonces no conocía, desde el principio conectamos, pero yo en esos momentos no estaba para nada, acababa de salir de una relación bastante destructiva, a él se le veía con ganas de agradar de ser más que profesor amigo, y eso es lo que pasó durante más de seis años fuimos amigos, al final buenos pero que muy buenos amigos, pero en un momento determinado empezamos a mandarnos correos electrónicos. Al principio eran más bien inocentes, pero acabamos contándonos intimidades, que si cuantos novios has tenido, que si le has sido infiel a tu mujer alguna vez, que si como te gusta el sexo despacio y tierno o salvaje.
Recuerdo que era viernes y me lance tras una pregunta de él para mi bastante reveladora ¿has estado alguna vez con alguien que estuviera casado o tuviese pareja? mi respuesta fue NO.
La siguiente pregunta fue más reveladora ¿que opinas de la infidelidad? Entonces yo muy en mi papel, escribí una tesis acerca de la fidelidad y la infidelidad, su respuesta fue demoledora, "yo no soy recomendable, yo no me recomendaría". Ya era tarde yo le había mandado un correo con el siguiente texto "quiero estar contigo".
También recuerdo lo que pasó después... quedamos a tomar un café, yo me tomé una tila. No me dijo que no pero lo que si me dejó claro es que no iba a dejar a su mujer pues eran del mismo pueblo y novios desde los quince años es más me pregunto ¿tu que quieres, un polvo de media hora de vez en cuando?.
Y eso tengo un polvo de vez en cuando y de media hora, bueno una veces más y otras menos, pero eso tengo o ¿quizás... no?.
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