Me contaban el otro día, y esto estoy segura que lo contarían mejor mis amigos los físicos, que alguno tengo en concreto cuatro, que científicos rusos llegaron al segundo 10 menos 58 del nacimiento del universo y que toda la energía se concentraba en un punto tan pequeño como la cabeza de un alfiler (esto puede ser corregido por los suso dichos, especifíco: mis amigos los físicos y los ciéntificos rusos que no lo son).
Bueno, pues yo hoy me siento así en el segundo 10 menos 58 (espero que fueran minutos y no segundos pero ellos creo que dijeron segundos) de mi vida, con toda la energía concentrada en un punto del tamaño de la cabeza de un alfiler, y este dentro de mi corazón.... ¡Que bien!
No me queda claro si eso es bueno o no. Espero que sea lo primero.
ResponderEliminarEs bueno, muy bueno, tras la tormenta la calma pero en la calma una explosión de optimismo.
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